La plataforma de mentorías WoomUp, beneficiaria del programa Consolida y Expande, ha acompañado a cientos de mujeres en su desarrollo profesional dentro de organizaciones, con un modelo que combina tecnología, liderazgo femenino y propósito social.

Una herramienta concreta para ofrecer posibilidades reales de desarrollo a mujeres que buscan ascender profesionalmente y desenvolverse en entornos laborales más equitativos, diversos e inclusivos. Así se define WoomUp, empresa chilena fundada por Gracia Dalgalarrando, que comenzó como una red de mentoras y hoy cuenta con 370 mujeres líderes en distintas industrias apoyando a otras mujeres en sus trayectorias profesionales.
Además de sus mentorías, WoomUp ofrece talleres dirigidos a equipos de personas y liderazgos dentro de las empresas, con un foco especial en los riesgos psicosociales y en cómo enfrentar situaciones complejas en el día a día de las organizaciones.
La empresa, que forma parte del portafolio del programa Consolida y Expande de Corfo, ha trabajado con clientes como Falabella, Nestlé, Río Tinto, Tottus y Starbucks, consolidando un modelo único en la región.
Conversamos con su CEO y fundadora sobre su origen, su evolución, el impacto que han logrado y cómo la innovación con propósito, apoyada por políticas públicas, puede generar transformaciones profundas en el mundo laboral.
-¿Cómo surge la idea de empoderar a las mujeres en sus trabajos?
WoomUp nace cuando estudiaba políticas públicas en Estados Unidos. La decana nos desafió a desarrollar una solución para una problemática social, y con un grupo de mujeres comenzamos a investigar sobre el fenómeno del "techo de cristal". En 2015, en Chile solo un 5% de las empresas tenía mujeres en gerencias generales. Y en 2021, según el Foro Económico Mundial, esa cifra seguía igual. Estaba todo muy estancado.
Nos inspiramos en movimientos como Lean In, que surgió a partir del libro de Sheryl Sandberg, y también en plataformas como Glassbreakers, que, si bien hacían networking, no ofrecían acompañamiento profundo. Ahí nació WoomUp, primero como una red de mentoras. Hoy tenemos más de 370 mujeres líderes que hacen mentorías a otras mujeres, apoyando su desarrollo profesional.
-¿Por qué optaron por las mentorías como modelo?
Inicialmente, pensábamos en un modelo B2C (en español, empresa a consumidor), pero pronto nos dimos cuenta de que el verdadero dolor estaba en las organizaciones. Ellas querían retener y potenciar a su talento femenino, y estaban dispuestas a invertir en ello. Así que cambiamos a un modelo B2B (en español, empresa a un par), trabajando directamente con empresas.
Hoy contamos con una plataforma tecnológica que permite gestionar programas para más de 150 duplas en simultáneo, incluso en distintos países. Tenemos algoritmos de match, materiales exclusivos, seguimiento del proceso y la posibilidad de documentar cada avance. Es algo bastante único en su tipo.

ENFOQUE PREVENTIVO
-¿Cómo miden el impacto de su programa de mentorías?
Los resultados han sido súper alentadores. Un 61% de las mujeres mentoreadas mejora su situación profesional tras participar en el programa, y también lo hacen los mentores: un 41% reporta avances en su carrera. Además, un 87% dice adquirir herramientas concretas, y la claridad sobre su desarrollo profesional sube de un 44% a un 74% en solo tres meses. Es un cambio profundo, y lo más importante: perdurable.
-¿Cómo seleccionan a las mentoras?
Contamos con una red de 373 mentoras, y su selección es liderada por cinco mentoras senior, llamadas MentorUp, que evaluamos cada dos años. Las postulaciones son abiertas, se reciben a través de nuestra web, y revisamos tanto el currículum como la motivación de cada candidata. Hoy tenemos más de 180 postulantes activas, lo que es súper potente.
También trabajamos con mentores internos dentro de las empresas, hombres o mujeres, elegidos por las propias organizaciones en función de su experiencia, liderazgo y compromiso con compartir conocimiento. Aunque no se remunera directamente, ser parte de la red trae muchos beneficios.
-¿Cómo ha sido el trabajo en el marco de la Ley Karin?
Desde el año pasado hemos estado muy activos en esto. La Ley Karin tiene un fuerte enfoque preventivo, lo que nos parece fundamental. Muchas veces los lugares de trabajo no son seguros ni respetuosos, y esta ley obliga a abordar esa realidad.
Chile además adhirió al Convenio 190 de la OIT, que reconoce la vulnerabilidad de las mujeres al acoso en el trabajo. Por eso diseñamos talleres específicos sobre riesgos psicosociales, sexismo, mansplaining (explicar algo a alguien, especialmente un hombre a una mujer), manspreading (una forma de micromachismo que se considera una apropiación del espacio ajeno), entre otros. Hemos tenido conversaciones muy valiosas con colaboradores y líderes. En agosto, cuando la ley entró en vigor, tuvimos un peak de talleres. Hay preocupación, sí, pero también mucho compromiso por mejorar los entornos laborales.

EL APOYO CLAVE DE CORFO
-¿Qué rol ha tenido Corfo en su desarrollo?
El apoyo de Corfo ha sido clave. Nos adjudicamos primero un Voucher de Innovación para Empresas Lideradas por Mujeres, que nos permitió crear nuestra primera plataforma. Después, con el programa Consolida y Expande, hemos podido crecer y mejorar nuestros servicios, sumar mentoras y llegar a muchas más mujeres.
Yo siempre he sido perseverante, pero cuando ganamos ese fondo, lloré. Hoy tenemos un equipo de 14 colaboradores, facturamos sobre US$500 mil al año, y creemos que estamos generando un impacto real, no solo en Chile, sino en toda Latinoamérica. Nos definimos como una empresa social, con un modelo sustentable y un propósito claro.
-¿Qué viene ahora para WoomUp?
Este año lanzaremos BoomUp, un spin-off de mentorías para hombres, aprovechando la tecnología y metodología que ya tenemos.
También vamos a presentar la marca MentorUp, pensada para mentorías abiertas a todo tipo de público, incluyendo reverse mentoring y mentorías grupales.
Nuestra visión es llegar a más de 500 empresas este año, consolidarnos en Chile y seguir creando masa crítica. Al final del día, todo se trata de transformar los espacios de trabajo en entornos más sanos, seguros y respetuosos, donde las personas puedan desarrollarse plenamente.