Entrevista
Flavia Torrent: la CEO que pasó de un burnout a ser referente de la industria alimentaria saludable

De emprender con un canasto lleno de granolas hechas en casa hasta liderar una empresa reconocida internacionalmente. Flavia Torrent, fundadora de Granolín, nos cuenta cómo sus viajes, su pasión por la alimentación saludable y el apoyo de programas como Crea y Valida, de Corfo, le permitieron transformar su sueño en un negocio disruptivo en la industria alimentaria.

Flavia Torrent, CEO de la empresa Granolín.

Hace siete años, Flavia Torrent decidió cambiar el rumbo de su vida. Ingeniera Comercial egresada de la Universidad Andrés Bello, con una carrera que incluía ser analista financiera y volar como azafata para Latam, vivió un burnout que la impulsó a tomar una decisión radical: dejar todo para viajar. Su recorrido por Nueva Zelanda, Australia y el sudeste asiático no solo transformó su perspectiva de la vida, sino que marcó el inicio de lo que hoy es Granolín, una empresa chilena que lidera la innovación en la industria alimentaria saludable.

Durante su estadía en Australia, Flavia experimentó un cambio profundo al adoptar una dieta más saludable: “En Chile estaba acostumbrada a comer los cereales típicos antes de viajar. En Australia cambié mi dieta completamente y fue impresionante cómo vi el cambio en mi cuerpo, cómo mejoró mi ánimo, mi salud, mi calidad de vida”. Esta experiencia despertó en ella una inquietud: si ella podía transformar su salud a través de la alimentación, ¿por qué no podían hacerlo también los chilenos?

El regreso a Chile no fue fácil para Flavia. Sin embargo, entre sesiones de yoga y tardes horneando granola en la cocina de su madre, comenzó a dar forma a una idea que cambiaría su vida. Así nació Granolín, una empresa que pasó de vender puerta a puerta a convertirse en líder del mercado con una línea innovadora de productos saludables. Este crecimiento fue posible gracias a programas de innovación como Gestión de Innovación en Pymes, que a través de gestores como Ingenial Spa, impulsan la colaboración, la adopción de prácticas innovadoras y la gestión eficiente de proyectos productivos y tecnológicos. También contó con el apoyo del programa Crea y Valida de Corfo, que fue clave en el desarrollo de su tecnología y su propuesta única.

-Durante ese viaje exploratorio, ¿la alimentación saludable ya era parte de tu dieta?
En Chile comía cereales industriales y otros alimentos ultra procesados, pero cuando estaba en Australia, cambié completamente mi dieta. Fue realmente impresionante, porque vi cambios radicales en mi cuerpo: mi ánimo mejoró, mi cuerpo comenzó a desinflamarse. Además, noté que las personas allá vivían con menos estrés y eran más felices. Fue ahí donde me pregunté: si yo pude hacer este cambio, ¿por qué los chilenos no podrían hacerlo también?

-¿De regreso del sudeste asiático surgió la idea de la empresa?

Sí, aunque no fue de inmediato. El regreso fue terrible. Después de tres años y medio viajando, estaba en otra sintonía. Había pasado de usar tacos como analista financiera a cosechar pimentones y empaquetar kiwis durante mi working holiday en Nueva Zelanda. Pero valió la pena, porque en Australia una de mis últimas experiencias fue hornear granola. Así aprendí mucho sobre este superalimento y comencé a hornearla en casa cuando regresé a Chile.

Por meses, no hacía nada más que yoga y hornear granola en la casa de mi madre. Leía los etiquetados en el supermercado y no podía comer ninguno de esos productos. Entonces, empecé a vender mis granolas caseras a las personas del yoga y, al mismo tiempo, comencé a estudiar sobre la obesidad en Chile y la cantidad de superalimentos que tenemos en el país, como el maqui. Ahí vi la oportunidad de generar un cambio en la industria alimentaria del país.

- ¿Qué vino luego? ¿Formaste un equipo?

Comencé vendiendo puerta a puerta con un canastito y educando a las personas sobre la granola. No sabía cómo hacer tablas nutricionales, así que tomé diplomados y contraté servicios profesionales. No tenía ni factura al principio. Todo el horneado lo hice en casa de mi madre durante los primeros tres años. 

Todo cambió cuando obtuve fondos de ProChile y de programas como Mujer Exporta; pude formalizar el negocio. En 2019, viajé a México a prospectar mercados, pero lamentablemente llegó la pandemia y todo quedó en standby

Sin embargo, cuando la pandemia comenzó a declinar, participé de una misión comercial a México, y ahí ¡me explotó la cabeza! Me di cuenta de que lo que estaba haciendo podía llegar al mundo. Así nació la misión de Granolín: llegar al mercado internacional.

Uno de los productos desarrollados por Granolín, su línea de barras keto protein.
© Granolín

EL PAN: EL MAYOR DESAFÍO

- ¿Cómo llegó el nuevo apoyo de Corfo a tu emprendimiento?

Esto parte con el programa Crea y Valida. En 2021, realizamos nuestra primera exportación a Dubái, junto a ProChile, sin embargo, enfrentamos un gran problema: la vida útil de los productos. En Dubái nos dijeron que necesitaban que nuestros productos estuvieran en góndola, al menos, ¡12 meses! No sabíamos cómo resolverlo, así que comenzamos a buscar innovación y postulamos al Crea y Valida I+D, y nos adjudicamos ese cofinanciamiento, lo que nos permitió validar a nivel de laboratorio un coating (revestimiento) tecnológico que mejora la vida útil de los productos, y mantiene sus propiedades organolépticas.

Esa validación fue a nivel TRL 3 (prueba de concepto, según nivel de maduración tecnológica) y solo en granolas. Luego de eso pausamos el proyecto hasta que recibimos el apoyo del programa Transforma Alimentos, de Corfo, con el que logramos un nuevo cofinanciamiento para aumentar el TRL y reducir la brecha hacia la industria.

Con ese proyecto nos ha ido bien, porque logramos aumentar el alcance del coating (líquido espeso de color blanco, dentro de un frasco, que puede verse en la foto) también a barras y frutos secos. Y ahora, en este mismo momento estamos validando si el coating puede ser aplicable a otros alimentos, lo que está muy relacionado con un nivel de agua específico en los productos. Si es menor a ese nivel, podríamos en teoría aplicarlo a otros, como galletones, galletas, incluso cabritas, aunque el mayor desafío es el pan; sería maravilloso. Actualmente estamos cerca de un TRL 7-8 con este proyecto.

-Si logran desarrollar un coating para el pan y snacks como los que mencionas, sería un gran paso para la industria alimenticia, emulando lo que se ha avanzado en la frutícola, ante la necesidad de mantener la fruta en condiciones perfectas, a pesar de los grandes desplazamientos de sus exportaciones.

-Para llegar a eso falta aún, pero nos importa mucho que ese desarrollo vaya de la mano de la factibilidad de aplicarlo en maquilas. Que el coating sea de fácil implementación, mediante aspersión en las líneas de producción de cualquiera. Y para eso nos estamos asesorando con empresas de ingeniería para diseñar mecanismos informáticos y mecánicos que nos permitan medir, regular la aspersión, el tamaño de las burbujas que recubrirán los alimentos, etc.

El coating desarrollado por Granolín, un revestimiento que permite que los alimentos mantengan sus características originales por largo tiempo.
© Granolín

-¿Cómo valoras el apoyo de Corfo y el apoyo que les ha dado con sus diferentes programas?

Estos programas nos han servido muchísimo. Además, del dinero, una de las cosas que más destaco es que provoca una cantidad de sinergias entre empresas del ecosistema. Creo mucho en la colaboración, porque ser empresaria es un trabajo solitario, un camino que no es para todos; es duro, pero una lo puede ir haciendo un poquito más agradable con la colaboración, con las redes de contacto que se forman incluso con empresas con las que somos competencia. A mí lo que me importa es que vamos a compartir la góndola para generar todos el mismo impacto: una alimentación saludable, un impacto en el país, en el mundo. Por eso creo que Corfo está cumpliendo también ese rol, no solo con dinero que ayuda muchísimo, sino también en apoyarnos para que esos vínculos sean posible.

También destaco que los ejecutivos de Corfo nos acompañan para facilitarnos la realización de tareas específicas, y con los tiempos apropiados para concluir los proyectos financiados. 

-¿Qué viene para Granolín este 2025?

Hoy en día producimos 80.000 barras diarias. Nos estamos expandiendo con Walmart en México y Centroamérica, y en mayo de 2025 estaremos presentes en 425 tiendas en la región. Todo esto para seguir innovando y llevando una alimentación saludable a nuevos mercados.

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