Gracias a la adjudicación del Programa Crea y Valida de Corfo, la empresa IoTera desarrolló el proyecto FarmQC que integra tecnologías de alta sofisticación para monitorear en tiempo real parámetros críticos de los viñedos, por ejemplo, la falta de agua.

Eduardo Celis identificó una oportunidad en los productores de “vino de autor”, aquellos que se alejan de la producción masiva para enfocarse en una propuesta diferenciada, donde el estilo personal y la creatividad del enólogo o productor se convierten en su principal sello de venta.
En general, no cuentan con los recursos para adoptar tecnologías AgTech o Smart Agro como las que desarrolla el proyecto FarmQC de IoTera, a través de sistemas interconectados basados en IoT (Internet de las Cosas); con el uso de redes de telecomunicaciones e imágenes satelitales, entre otras tecnologías, realiza monitoreos preciso de cultivos, optimizando el uso de recursos hídricos y energéticos y garantizando una producción más eficiente y sostenible, como la del vino de autor.
Con este enfoque, FarmQC busca responder a las necesidades específicas de los productores de las llamadas "viñas boutique", una nueva oferta B2B que no habría sido posible sin el respaldo de Corfo. Gracias a la adjudicación del Programa Crea y Valida de Corfo, la empresa está implementando soluciones avanzadas para mejorar la trazabilidad de un producto dirigido a un consumidor exigente, que no solo aprecia el vino, sino que también valora conocer su origen y los procesos detrás de cada botella. Y no solo en Chile, sino también fuera de nuestras fronteras.
-¿Por qué IoT y machine learning para mejorar el vino de autor?
Esta motivación viene de mucho antes de meterme al sector agrícola, comienza con el tema de la domótica, con la que empezamos a aplicar Internet de las Cosas (IoT, por su sigla en inglés) para prevenir riesgos, optimizar recursos y mejorar la seguridad en casa.
Esto coincidió con el descubrimiento de la tecnología de telecomunicaciones inalámbricas LoRaWAN, que es como nuestro ADN y que alimenta el despliegue IoT de FarmQC, la que surge gracias al Programa Crea y Valida de Corfo. Con LoRaWAN puedes tener una antena y transmitir datos hasta 15 kilómetros sin internet ni electricidad, lo que resuelve una gran problemática en muchas zonas y predios agrícolas.
Así podíamos conectar hasta 2.000 sensores en tiempo real, por lo que nos preguntamos, ‘¿cómo podemos prevenir riesgos, optimizar recursos, mejorar la trazabilidad y calidad y además tener visibilidad y control donde no lo tienen (los productores), siempre con el foco en el sector vitivinícola y los vinos de autor?’ Fue así como en ese momento decidimos apuntar a la agricultura inteligente y creamos FarmQC.
-Big data en la viña, ¿una mina de oro para los productores?
Exacto. Con IoT, sumado a machine learning, empezamos a cruzar mucha información de utilidad con modelos predictivos, para detectar, por ejemplo, las plagas más comunes como la pulgona, la gallina roja o los chanchitos, y algunas enfermedades. Una data histórica con la que cliente puede prevenir una plaga o una enfermedad con una antelación de tres días. Esa es nuestra propuesta de valor en base a esta tecnología: permitir al jefe de predio demostrar la trazabilidad de la vendimia a un consumidor y transparentar la información.
-¿Uso de drones?
Sí, otro dispositivo que está capturando mucha data de utilidad son los drones, que estarán en nuestros planes venideros, ya que existen muchas empresas de drones que están generando información relevante para productores y emprendedores. Por lo tanto, estamos evaluando contar con una alianza para aumentar la propuesta de valor a nuestro cliente final, ese es un nuevo objetivo.

SEGUIR EL AGUA
-¿Qué otros parámetros detecta FarmQC y cómo los mide?
Con FarmQC podemos medir perfectamente y registrar múltiples variables e informar al cliente en tiempo real, por ejemplo, cuándo tiene que regar, cuánto; también hay mediciones que son más de gestión, control, como si tuvieras un cuaderno de campo, una inspección visual, un registro que te ayuda a demarcar tu mapa. Estas son maneras en que hemos ido agregando valor al desarrollo de FarmQ.
Otros ejemplos: actualmente medimos fertilizantes NPK ( que contienen nitrógeno, fósforo y potasio), la electroconductividad, pH, humedad y temperatura del suelo; también al servicio de FarmQC hemos integrado una estación meteorológica, a través de una API (interfaz de programación de aplicaciones) que permite dibujar el predio con su polígono (su forma, esquinas, tamaño), obtener su georeferenciación y ver el histórico de cómo se han comportado las temperaturas del suelo, la velocidad y dirección del viento, el nivel de lluvias, la radiación solar, etcétera.
Con IoT, machine learning y la estación metereológica capturamos toda esa data en tiempo real que luego visualizamos en una plataforma web intuitiva, donde el encargado de predio puede tomar decisiones basadas en datos, lo que mejora la trazabilidad y calidad del vino.
-La sequía afecta a muchos sectores, es un tema global. ¿Cómo está FarmQC ayudando a las viñas de autor a optimizar este recurso?
En FarmQC tenemos este recurso súper optimizado. Cuando hay un riego tecnificado en un predio agrícola, existe un 20% a 30% de optimización del recurso, pero nosotros hemos logrado medir la raíz, y con eso puedes optimizar hasta un 50% del recurso. Además, con la data histórica y la información del estado fenológico podemos alimentar un algoritmo que ya está predefinido dentro de FarmQC para cuidar el agua.
-También se cuida el agua a través de satélites.
-Sí, es parte de una tendencia, y nosotros lo estamos haciendo, usando información satelital. Es lo que estamos consiguiendo con nuestro segundo Crea y Valida de Corfo, un proyecto llamado “AgronomIA" que se conecta directamente al satélite EOS que entrega información de la Tierra como si un metro cuadrado fuera un píxel. Incluso mirar bajo tierra y ver napas subterráneas, medir el estrés hídrico que puede tener un predio agrícola, vital para planificar cultivos.
El componente de las imágenes satelitales no las consideramos inicialmente en FarmQC, pero en el camino nos dimos cuenta de que la información satelital que recopile AgronomIA la podremos pasar a FarmQC.

CEPAS QUE RESISTEN
-La sequía ha obligado a la industria del vino a trasladar cultivos. Se sigue el agua, ¿no?
El sector vitivinícola ha sido muy afectado por el tema del agua; sé que varios predios agrícolas están vendiendo y arrancando todas las parras, porque efectivamente no hay agua. Esto lo vemos en el valle de Santa Cruz, y en general en el valle central, donde los productores se están yendo hacia el sur, justamente buscando el agua. Pero no basta con eso, porque tienen un gran desafío con la cepa y con cómo esta se ve afectada por la escasez de agua, ya que no son lo mismo carmenere, merlot, syrah o petit verdot. Entonces, cómo puede la cepa resistir el cambio climático, a pesar del cambio de zona… es un desafío enorme.
Pero también es una oportunidad: en Osorno se está plantando una cepa que no se veía por esas zonas y con FarmQC se puede hacer un estudio previo en el predio agrícola, lo que es una tendencia en el sector vitivinícola que está mirando más hacia el sur, donde sí hay agua.
El estudio preliminar te permite, con el uso de nuevas tecnologías, consultar directamente a un satélite y con esa data determinar si ese suelo sirve para una cebolla, una papa, etcétera. Los agricultores están viendo, realmente, la magnitud de la sequía y las salidas que tienen.
EXITOSA PROSPECCIÓN A PERÚ
-Adjudicarse el programa Crea y Valida de Corfo, ¿cuál ha sido el impacto en la empresa?
El Programa Crea y Valida de Corfo fue un hito fundamental para FarmQC. Gracias a este apoyo cerramos diciembre de 2024 con un producto mínimo viable completamente validado y una tecnología robusta que nos permite llegar a los productores de vino con mayor impacto. Eso, además, nos animó a ir por más, y por esto es que estamos avanzando con AgronomIA, que iniciamos en enero de 2024 y cuya etapa de validación se proyecta para diciembre del mismo año.
El respaldo de Corfo ha impulsado significativamente nuestro crecimiento. Nuestras ventas han aumentado en un 50% gracias a esta inyección de capital. Actualmente, trabajamos con clientes como Viña Las Veletas, Viña Barón Philippe y otros productores de vinos de autor en el valle del Maule.
Nuestro primer gran paso fue con Viña Barón Philippe, ubicada en San Javier, donde gestionamos más de 200 hectáreas de viñedos. A la par, estamos consolidando alianzas estratégicas con entidades como Fundación Innova, que opera en la región y nos apoya en la difusión de los beneficios de nuestra tecnología.
Además, el programa nos permitió realizar una prospección de negocios en Ica, Perú, un valle centrado en la producción de uvas pisqueras más que en uvas viníferas, debido a la ausencia de una denominación de origen. Para eso adaptamos nuestra tecnología para optimizar el cuidado del suelo en este tipo de cultivo y logramos excelentes resultados. Esto nos llevó a una alianza estratégica con Viña Tacama, una de las más grandes del país, donde actualmente estamos testeando y ajustando nuestra plataforma para responder a sus necesidades específicas. Con este proyecto, estamos consolidando nuestro plan de expansión en Perú.