Bioled es una empresa beneficiaria del programa Consolida y Expande, de Corfo. Liderada por mujeres y con un proyecto enfocado en maximizar el rendimiento de los cultivos de salmón mediante tecnología lumínica, busca expandirse hacia nuevos mercados internacionales, especialmente Norteamérica.

En su búsqueda por mejorar los sistemas de cultivo de salmón, Bioled identificó una necesidad concreta en los centros de producción intensiva: optimizar el uso de luz artificial para mejorar el desempeño de los peces y reducir su madurez precoz.
Así nació su proyecto de manejo de fotoperiodo, una solución integral que combina tecnología de vanguardia, monitoreo personalizado y una matriz de decisión adaptable a cada etapa del ciclo productivo. Al frente de este desarrollo está un equipo multidisciplinario liderado por Ana Fernández, médica veterinaria con experiencia en investigación aplicada.
Desde la Región de Los Lagos, Bioled ha consolidado un modelo de innovación que integra conocimiento científico, tecnología aplicada y cercanía con sus clientes. Sus luminarias sumergibles permiten controlar el fotoperiodo en los cultivos de salmón, ajustando variables como la intensidad lumínica, las horas de luz y oscuridad, y el tipo de espectro lumínico, según la etapa del ciclo productivo. Esta estrategia permite optimizar el crecimiento, reducir la madurez precoz y mejorar la calidad del proceso productivo.
El proyecto más reciente de Bioled sigue esta misma línea, con un enfoque integral que no solo considera la fabricación de equipos, sino también el diseño de un servicio personalizado de manejo del fotoperiodo. Este servicio incluye monitoreo, diagnóstico, recomendaciones específicas y una matriz de decisión adaptada a las condiciones productivas de Norteamérica, donde la empresa busca consolidar su presencia internacional. Gracias al respaldo del programa Consolida y Expande de Corfo, Bioled está en condiciones de escalar una solución única en el mercado global.
Con más de 90 colaboradores y un equipo compuesto por veterinarios, biólogos marinos, ingenieros y técnicos, Bioled apuesta por seguir liderando la innovación en su rubro. Su objetivo es claro: ser reconocidos como referentes mundiales en el uso eficiente y estratégico del fotoperiodo en acuicultura, combinando ciencia, tecnología y una mirada de largo plazo impulsada por talento local.

FOTOPERIODO: LA CLAVE BIOLÓGICA
–¿Cómo nace esta idea? ¿Qué viene a solucionar este proyecto?
El fotoperiodo es una herramienta utilizada actualmente por el 100% de la industria para estimular a los peces mediante luz. Descubrimos que no se trata simplemente de instalar luminarias: es fundamental definir cuánta luz deben recibir los peces, cuál es el color específico más adecuado y qué seguimientos deben realizarse para garantizar que el fotoperiodo sea verdaderamente eficaz.
A partir de diversos proyectos de investigación, apoyados por Corfo, desarrollamos un servicio de seguimiento del fotoperiodo. Evaluamos distintos indicadores que denominamos "parámetros de éxito del fotoperiodo". Por ejemplo, medimos la intensidad lumínica, realizamos análisis hormonales y evaluamos el estado del desarrollo productivo mediante ecografías. Comprobamos que estas acciones debían implementarse junto con la instalación de las luces sumergibles para asegurar el éxito del tratamiento. Gracias a esta estrategia, en Chile hemos logrado reducir los índices de madurez precoz del 35% a entre 1% y 2% en promedio. Por eso podemos afirmar que, en Chile, este aspecto está bastante controlado, en gran parte gracias al servicio que hemos implementado.
–¿Qué tanto podría cambiar la forma en que se hacen las cosas con este proyecto? ¿Cómo podría impactar en Norteamérica?
El impacto en Norteamérica, especialmente en Canadá, ha sido significativo. Aunque allí también se utiliza el fotoperiodo, tradicionalmente lo hacen aplicando una técnica de origen noruego. Nosotros propusimos implementar una estrategia basada en la experiencia chilena, y los resultados han sido muy positivos: han logrado reducir los ciclos productivos en tres meses y también disminuir notablemente la madurez precoz de los peces.
–¿Trae algún beneficio ambiental, además del productivo?
Sin duda. Una de las principales fortalezas del uso del fotoperiodo, más allá de su impacto en la eficiencia productiva, es su contribución ambiental. Al reducir los ciclos productivos, se acorta el tiempo de los peces en el mar, lo que conlleva una menor duración del impacto ambiental. Por ejemplo, se disminuye la eliminación de fecas y la caída de alimento no consumido al fondo marino. Ese menor tiempo de cultivo incide directamente en la reducción de la huella ambiental del proceso. Además, al reducir la madurez precoz, se contribuye indirectamente a un menor uso de antibióticos.

NORUEGA, UN RADAR
–Hablando del programa Consolida y Expande, ¿por qué eligieron Estados Unidos y Canadá como parte de esta expansión?
Elegimos Canadá y Estados Unidos, primero, por una cuestión de cercanía estratégica. En el caso de Canadá, muchos de los clientes que operan allá también están en Chile, ya que pertenecen a las mismas compañías. Eso facilitó mucho los primeros acercamientos, porque podíamos decirles: “Mira, en Chile el 100% del fotoperiodo lo proveemos nosotros, ¿por qué no probar con nosotros también en Canadá?” Esa fue una de nuestras estrategias clave para ingresar en ese mercado.
En cuanto a Estados Unidos, la decisión se basó en que, hace unos años, era el país con más proyectos de sistemas de recirculación en carpeta. Existen dos formas principales de cultivar salmones: una es en piscicultura con traslado posterior a jaulas en el mar, y la otra es mediante cultivos completamente en tierra. En ese momento, Estados Unidos tenía alrededor de 17 o 18 proyectos en desarrollo bajo este sistema, que además representa la tendencia futura de la industria. Vimos ahí una oportunidad clara de entrada.
–¿Y no evaluaron otros mercados? ¿Por qué se decidieron por esos?
Noruega siempre ha estado en nuestro radar. Es, de hecho, uno de los principales mercados que hemos querido abordar desde el inicio. Es el mayor productor de salmón del mundo, cultiva entre tres y cuatro veces más que Chile, que es el segundo. Por lo tanto, es un mercado sumamente atractivo.
Sin embargo, siempre nos ha resultado difícil ingresar allí, principalmente por ser un mercado bastante proteccionista respecto a sus proveedores. Suelen preferir trabajar con empresas locales antes que con proveedores extranjeros. Esa ha sido la principal barrera que hemos enfrentado.
–¿Qué propone Bioled que le da ventaja o preferencia frente a otras empresas que también trabajan con fotoperiodo?
Hay varias empresas que ofrecen luminarias sumergibles, pero nuestra primera ventaja competitiva es precisamente esa: muchas solo venden el equipo, mientras que nosotros entregamos un servicio integral que incluye acompañamiento durante todo el ciclo productivo.
Además, nuestra propuesta de valor es altamente técnica. Hemos demostrado que, si bien los peces responden muy bien a la luz, no existe una receta única aplicable a todos los centros. No se trata simplemente de replicar la misma instalación en distintos lugares.
Ahí radica otra de nuestras grandes fortalezas: el conocimiento específico que hemos acumulado a lo largo de los años. Esto nos permite ofrecer un servicio personalizado, con seguimiento constante y recomendaciones adaptadas a las características particulares de cada centro, en lugar de aplicar una estrategia estándar.
CONSOLIDAR PRESENCIA EN NORTEAMÉRICA
–¿Cómo valoran ustedes el apoyo de Corfo? ¿Qué ha significado para ustedes como empresa?
Nosotros siempre hemos trabajado con Corfo. El acompañamiento que brindan es muy valioso, porque permite estructurar bien los proyectos, definir claramente sus etapas y recibir retroalimentación constante, siempre hemos tenido experiencias muy positivas con los ejecutivos que nos han acompañado.
En este caso particular, gracias a Corfo pudimos realizar pruebas clave para ingresar a estos nuevos mercados. Sin ese respaldo, probablemente habría sido mucho más difícil ejecutar esas pruebas con clientes. De hecho, Bioled nació gracias a Corfo, a través del Capital Semilla en sus líneas uno y dos. Incluso nuestra primera luminaria fue patentada con apoyo de las herramientas que ofrecen. Por eso, trabajar con Corfo ha sido —y sigue siendo— esencial para nosotros, especialmente en temas de investigación y desarrollo.
–¿Qué se viene ahora para Bioled? ¿Cuáles son las metas?
Actualmente, estamos en pleno proceso de entrada a los mercados de Canadá y Estados Unidos. Nuestra meta a corto plazo —hablando de cinco años— es que al menos el 30% de nuestros ingresos provenga de esos dos países. Ese es nuestro objetivo más concreto y cuantificable.
Pero más allá de eso, lo principal para nosotros es consolidar nuestra internacionalización en Norteamérica. Queremos establecer una presencia sólida y sostenible en la región, y seguir posicionándonos como un actor relevante en la industria.