Mediante el programa Capital Humano para la Innovación de Corfo, la biotecnológica chilena ha avanzado en el desarrollo de una variedad genéticamente mejorada de lupino blanco, una leguminosa poco conocida pero altamente nutritiva, eliminando una recurrente enfermedad que limita su cultivo.

A través de la biotecnología se está revolucionando el manejo del lupino blanco, una leguminosa con gran potencial nutricional para consumo humano y agroindustrial. Su cultivo aún no está suficientemente desarrollado para ser extensivo, especialmente debido a la antracnosis, una agresiva enfermedad fúngica que genera daños severos en tallos y vainas, y que afecta especialmente bajo condiciones de humedad y calor, causando pérdidas significativas en rendimiento. Este objetivo, liderado por la empresa Neocrop Technologies, busca crear alimentos más nutritivos, sustentables y adaptados al cambio climático, posicionando al lupino como un súper alimento.
El proyecto, apoyado por Corfo mediante el programa Capital Humano para la Innovación, ha posibilitado la incorporación de profesionales altamente especializados, como la bioquímica y doctora en ciencias agrarias Nicole Lichtin, quien optimiza la plataforma tecnológica Neotrait Engine. Esta plataforma incluye un software propietario para identificar genes asociados a la resistencia, edición genética precisa y técnicas de speed breeding que reducen notablemente los ciclos productivos.
Corfo Conecta conversó con Francisca Castillo, CEO y fundadora de Neocrop Technologies, doctora en Ciencias Agrarias mención Ciencias Vegetales de la Universidad Austral de Chile, para conocer detalles del proyecto “Optimización de plataforma de mejoramiento genético de precisión para avanzar en tiempo récord en el desarrollo de una variedad de lupino blanco resistente a Antracnosis”.

UN SÚPER ALIMENTO
-¿Qué es el lupino blanco y por qué deciden investigar su mejoramiento genético?
Es una leguminosa prometedora por su alto contenido proteico, incluso superior al de la soya, muy atractiva para la industria alimentaria plant based. Sin embargo, el cultivo aún no está suficientemente desarrollado para ser extensivo, especialmente debido a la antracnosis, una agresiva enfermedad fúngica que actualmente carece de control químico efectivo.
-¿Qué vínculo tiene con la acuicultura?
La acuicultura chilena demanda proteína vegetal para alimentar a salmones, debido al alto costo económico y ambiental de la harina de pescado. Cultivar unas 400 mil hectáreas de lupino podría satisfacer esta demanda. En este ámbito, colaboramos con aliados estratégicos como Semillas Baer, empresa semillera clave para nuestros proyectos.
-¿Por qué no es popular su consumo humano pese a sus beneficios?
Porque todavía requiere mejoras genéticas en productividad y reducción de antinutrientes, como los alcaloides. La limitante principal sigue siendo la susceptibilidad a la antracnosis, que afecta considerablemente la producción.

ENTRANDO AL LABORATORIO
-¿En qué consiste su mejoramiento genético de precisión?
Nuestro método combina tres tecnologías innovadoras bajo la plataforma Neotrait Engine: software propietario para identificar genes clave; edición genética (una “tijera molecular”) para modificar de forma precisa el ADN de la planta, mejorando su resistencia; y speed breeding, técnica que reduce los ciclos de desarrollo de siete meses a apenas 100 días.
Además, desarrollamos biomarcadores específicos para determinar rápidamente la resistencia o susceptibilidad de las plantas, lo que ha generado una nueva línea de negocios, Phytomarkers, con ventas ya consolidadas.
-¿La edición genética es lo mismo que transgénico?
No. Un transgénico implica insertar ADN de una especie diferente. La edición genética modifica el ADN de la misma planta, sin introducir material externo. Este método es mucho más preciso y tiene mayor aceptación.

IMPACTO REAL, LLEGADA A MERCADO
-¿Cómo identifican y eliminan la antracnosis en el lupino blanco?
Cruzamos variedades resistentes con otras más productivas, luego usamos biomarcadores genéticos, similares al PCR del Covid, para seleccionar aquellas plantas que heredaron la resistencia. Esta metodología es utilizada comercialmente por Semillas Baer, y hemos ampliado su aplicación a otros cultivos como maíz, trigo y eucalipto, atrayendo clientes como CMPC.
-¿Cómo ha sido la incorporación de Nicole Richtin a Neocrop Technologies?
Muy positiva. Desde la incorporación de Nicole, nuestra línea de biomarcadores generó ventas por US$100 mil, mostrando el impacto inmediato y tangible de contar con capital humano especializado en I+D+i. No era una línea que tuviéramos desarrollada previa a la incorporación de Nicole, pero vimos una oportunidad al desarrollarlos.
Gracias al programa Capital Humano, además, sumamos un bioinformático. Estos profesionales se han integrado plenamente al equipo, impulsando nuevos desarrollos y contribuyendo al crecimiento de la empresa.
-Impacto real en la empresa, llegada a mercado.
Sí, y por eso las necesidades y desafíos de I+D continúan, así que necesitamos el capital humano especializado para poder responder a esos desarrollos y grandes desafíos internos. Así que contar con este apoyo de Corfo, para la inserción de capital humano, ha sido crucial. Estamos muy agradecidos de que existan este tipo de instrumentos, porque, al inicio, en cualquier empresa que nace, uno de los mayores costos o inversiones es en personal, en el equipo.